Una tragedia aérea como la ocurrida en el vuelo 9525 de Germanwings, de gran repercusión mediática, provoca que se intensifique el miedo a volar que padecen muchas personas. Espero que esta entrada ayude a controlar esos pensamientos negativos que puedan haber surgido.
¿Por qué aumenta el miedo?
Se tiende a considerar lo más mediático como nuestra principal amenaza, pero no es así: la probabilidad de sufrir un determinado suceso no depende de su repercusión mediática. Es más, suele ser inversamente proporcional. Los medios de comunicación dan mayor importancia, dedicando más tiempo y noticias, a sucesos poco frecuentes pero impactantes como atentados, brotes de enfermedades raras (ejemplo del ébola, que parecía que todos íbamos a morir de ello…), accidentes aéreos, desastres naturales, etc. Sin embargo, hechos más frecuentes y probables de sufrir apenas tienen repercusión en los medios, como fallecimientos por accidentes de tráfico, por enfermedad del cáncer, ataques de corazón, etc.
Riesgo percibido Vs riesgo real
Es decir, sucesos inusuales como el de Germanwings acaparan una atención desproporcionada, haciendo que el público lo perciba como más probables de lo que realmente son; en muchas ocasiones, generando miedo. ¿Por qué?
El ser humano tiene una tendencia innata a juzgar la frecuencia de un evento por cómo de fácil recordamos ejemplos. Si pensamos en volar y enseguida nos viene el recuerdo de un accidente aéreo, como el de Spanair o Germanwings, nuestra mente sobreestima la probabilidad de que nos suceda algo similar; de alguna manera, nuestra mente se centra en ese ejemplo, dejando en un segundo plano toda la cantidad de vuelos que transcurren sin problemas.
Por consiguiente, cuanto más mediático sea el suceso más fácil será recordarlo, y más sencillo resultará sobreestimar su probabilidad.
Las siguientes frases entrecomilladas salen de comentarios aportados (¡Muchas gracias!), a raíz del accidente de germanwings, en los artículos del curso online. Merecen la pena ser comentados y compartidos, pues son pensamientos habituales tras ocurrir accidentes aéreos.
Pero eso puede ocurrir con cualquier actividad o medio de transporte. Es un error pensar que únicamente corremos un riesgo cuando nos subimos a un avión. Cualquier actividad conlleva uno, incluso estando tranquilamente en casa. El riesgo 0 no existe nunca, aunque muchas veces no pensemos en ello.
Evidentemente, no todas las actividades conllevan el mismo riesgo, pero en el caso de viajar en avión es extremadamente pequeño y muy próximo de 0. Si una persona quiere hacer un determinado viaje, el avión es precisamente el medio de transporte que ofrece menor probabilidad de fallecer.
Tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 muchas personas dejaron de volar por miedo, cancelando viajes o sustituyendo avión por automóvil. ¿Qué ocurrió? Un aumento significativo de fallecidos en accidentes de tráfico. El miedo a volar tras el 11/S produjo bastante más muertes que las víctimas que iban en los 4 aviones de los atentados. Concretamente, solo en Estados unidos se estima en alrededor de 2000 los fallecidos en accidentes de tráfico atribuibles al miedo a volar que generaron los atentados. Una persona con aerofobia suele fijarse únicamente en quienes fallecen en accidentes aéreos, pero lo cierto es que el propio miedo a volar acaba causando más muertes. ¿Significa esto que hay que conducir con miedo? No, ni mucho menos. Debemos conducir con prudencia, pero no con miedo.
Decidir viajar en avión es una decisión totalmente racional y sensata, no hay que sentirse mal ni culpables por querer viajar solos o acompañados de nuestros seres queridos.
“Imagino mis familiares llorando en el aeropuerto ante una catástrofe”
Las imágenes de familiares llorando en el aeropuerto son conmovedoras, pero simplemente muestran lo trágico que es perder a un ser querido, independientemente de la causa. No se trata de algo exclusivo de los accidentes aéreos.
Imágenes así se pueden ver todos los días en cualquier tanatorio o en los hogares cuando los familiares reciben la triste noticia, solo que normalmente no están los medios de comunicación peleándose por captar dichas imágenes con una cámara, para luego mostrarlas en las noticias.
“Tengo que volar en 2 semanas y solo pienso que al piloto se le pueden cruzar cables y lo que pasó en los Alpes me puede pasar a mí”
Conviene poner las cosas en perspectiva: se trata de un suceso trágico, pero extremadamente improbable; bastante más improbable que sufrir un accidente aéreo por fallo humano o técnico, que ya de por sí es muy improbable. Más que nada porque esa no es la conducta habitual, ya no de un piloto, sino de cualquier ser humano.
Tampoco deberíamos tener miedo de ir a un supermercado o viajar en transporte público, a pesar de que en ocasiones han puesto bombas. Son cosas que pueden pasar, pero que son tan extremadamente improbables que ni merece la pena estar preocupados por ello pues, de lo contrario, tendríamos que vivir –malvivir, mejor dicho- con un miedo constante. La inmensa mayoría de cosas que nos imaginamos, preocupándonos y metiéndonos miedo, al final no acaban sucediendo. El ser humano tiene una capacidad tremenda de torturarse mentalmente de manera innecesaria.
(Foto: Sebastien Mortier/Flickr)
ABR
2015