Más de una persona habrá notado que
en despegues y aterrizajes nocturnos, los miembros de la tripulación, atenúan las luces del interior de la cabina; no se apagan del todo, pero sí se reduce su intensidad. Hay quien llega a pensar que esto se realiza para facilitar el trabajo de los motores, pero la explicación no tiene que ver con temas eléctricos ni de empuje, sino oculares. ¿Por qué?
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